Entrevista

Rufus Wainwright: "El folk trata sobre la humanidad y tiene implicaciones políticas, por eso sigue vigente"

El músico canadiense Rufus Wainwright.
El músico canadiense Rufus Wainwright.
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El músico canadiense Rufus Wainwright.

El músico canadiense Rufus Wainwright tiene mucho que celebrar. El lanzamiento de su nuevo álbum, Folkocracy (previsto para el 2 de junio), un homenaje a sus raíces folk, coincide con el 25 aniversario de su debut homónimo, un disco inclasificable que en 1998 se atrevió a mezclar folk, rock, cabaret y ópera.

En julio, dentro del Universal Music Festival, pasará por Barcelona (24), Madrid (25) y Menorca (27).

A pesar de estar "agotado por la gira y el jet lag", el cantante y compositor está tan hablador y simpático como siempre. Tumbado en la cama, con un jersey rojo y negro, pide girar el móvil hacia la pared. "Prefiero no enfocarme el rostro esta mañana", insiste sonriente.

Ha contado con la colaboración de numerosos artistas para Folkocracy como David Byrne, Sheryl Crow o Van Dyke Parks. ¿Tiene alguna anécdota o detalle que le gustaría destacar de la grabación?Los artistas que admiro se mostraron entusiasmados de cantar conmigo y eso significa que sigo conservando cierto poder de atracción, lo que me alegra. Este es un disco coral, con artistas con influencias y carreras diferentes. Destaco su diversidad. Hemos pasado una época turbulenta en EE UU y trabajar con John Legend o Chaka Khan, personas de color, me ha hecho muy feliz. No es que el folk sea blanco, no es eso, pero todo sigue estando muy segregado en EE UU: se habla de música negra religiosa, folk blanco o country blanco.

Sobre el folk, ha dicho que lo más sorprendente es que las letras y la música sigan vigentes. ¿Por qué cree que desafían el paso del tiempo?Crecí en una familia folk. En la época de mis padres, el listón estaba muy alto en cuanto a la melodía y las letras, por eso, funcionarán cien años después. El pop actual está más centrado en el yo. Taylor Swift, por ejemplo, escribe sobre sus experiencias, sobre ser mujer, y eso es maravilloso. El folk trataba sobre la humanidad y tenía implicaciones políticas, por eso sigue siendo contemporáneo.

¿Qué otras razones le llevan a amar el folk y a dedicarle un álbum?En el folk, la simbiosis entre música y letra es muy fuerte. Coexisten en un equilibrio maravilloso y nos llevan a su esencia, algo que falla en este mundo tan sobreproducido. No quiero sonar como un viejo que piensa que lo que se hace hoy es horrible, no es eso. Los jóvenes hacen cosas increíbles, me interesa lo que hacen. Pero con este disco, quería apuntar alto y armonizar letras y melodía.

¿Qué artistas jóvenes le gustan?Me atrae la música de mi amigo el francés Woodkid, no es muy conocido, pero me encanta. Perfume Genius hace temas interesantísimos y me atrapa también la fuerza de Billie Eilish. Me encanta cómo habla a la generación de mi hija que tiene 12 años.

Este álbum supone una vuelta a sus raíces. ¿Cómo ha cambiado la relación de su familia con el folk desde la muerte de su madre?Mi madre nos dejó hace diez años. Con ella, todo era música. Le gustaba tanto que a veces me irritaba, porque cuando íbamos a visitar a alguien o cuando venía gente a casa, siempre se las apañaba para tocar el piano y cantar sus canciones favoritas. Cuando murió, me di cuenta de cuánto perdimos, lo especial que era su obsesión por la música. Pero siento vivimos un renacer: no es solo que mis hermanas Lucy y Martha hayan construido unas carreras musicales brillantes o que mi padre siga cantando. En Navidades nos juntamos todos y tocamos en casa. Parece que nos hemos dado cuenta de que es ahora o nunca, que debemos componer y cantar. 

Aparte de este álbum, tiene mucho que celebrar: el 25 aniversario de su álbum de debut, el 20 de Want One y su cumpleaños. ¿Cómo se siente al cumplir 50?Los 40 han sido mi mejor década y asumo que los 50 serán parecidos. Pero, como ya se vislumbra el horizonte, supongo que serán más valiosos. Mi madre murió a los 63 años y yo pretendo vivir más. 

El tour de aniversario de Want One y Want Two tiene pinta de ser muy especial, ya que lleva orquesta y cuenta con los arreglos de Sally Herbert y Max Moston.Want One es un disco fundamental para mí. Con él quise recuperar el control de mi vida, no solo en lo musical, sino en lo físico. Los años anteriores estuve algo perdido.

¿Qué le diría a aquellas personas que lo están pasando mal?Antes de componer Want One me drogaba mucho, estaba triste. Fue una época oscura. Afortunadamente, me di cuenta de que necesitaba ayuda, algo que no siempre es fácil siendo artista. Para solucionar mis problemas, necesitaba parar y centrarme en lo que estaba falla. Y eso hice. Antes de componer Want One, paré. Esa es la clave: sea una depresión, drogas, sea lo que sea, lo suyo es parar. El problema es que no es fácil. Con lo difícil que está todo, dejar de trabajar es imposible para muchos, pero al menos, pidamos ayuda. 

Folkocracy incluirá una versión de Nacht und Träume de Franz Schubert; ¿cantará el poema de Matthäus von Collin del original?No. Mi marido es alemán y no le hace mucha gracia mi acento en su idioma. Así que el resultado se parece más al coro tarareado de Madama Butterfly de Puccini. Pero el hermoso sentimiento de la poesía está también ahí.

¿Por qué Schubert?Por lo mucho que le debemos. Su obra no se limitaba a la sala de concierto, la gente la cantaba por la calle. Fue el primero en hacer algo así. No solo la música clásica le debe, también el pop.

Óperas, una adaptación de los sonetos de Shakespeare, no se le resiste nada. ¿El artista debe arriesgarse? ¿Existe el arte sin riesgo?Creo que los desafíos son importantes. Después de tanto tiempo componiendo, se ha convertido en un proceso fluido. Como necesito retos, me he atrevido con la ópera. Es esencial para mí no sentirme siempre cómodo y salir de mi zona de confort. Me gusta volver a sentir nervios: es ahí donde la creatividad se dispara.

¿El arte nos salva?La humanidad ha hecho cosas horribles. Nos estamos cargando el planeta, es deprimente. Pero cuando te fijas en el arte, los poemas, las catedrales... ese es nuestro legado. Los artistas tenemos un compromiso con esa calidad.

¿Qué parte del proceso creativo le engancha más: componer, tocar, producir…?
Componer, ya sea una melodía para una orquesta o una canción nueva, ahí es donde soy más feliz, perdido en mi imaginación. Aunque… no sé qué te respondería sobre el escenario porque, ¡adoro cantar! 

Ha luchado mucho por el orgullo y la autoestima en el mundo LGTBI, pero al principio no le hacía gracia el matrimonio homosexual porque quería ir en contra de lo tradicional. Más tarde se casó. ¿Cree que no existen las recetas en el amor?Cuanto más años cumples, más te das cuentas de que lo que pasa es cosa del destino. Aquí estoy hoy con mi marido, llevamos juntos 18 años. Es increíble lo rápido y fácil que ha sido todo. Tenemos nuestros problemas, claro, pero creo que alguien ajeno a nosotros tira de los hilos. Creo que somos muy afortunados si en ese plan está el amor.

María Ovelar
Escritora y periodista

María Ovelar es escritora en sentido amplio: poeta (dos libros publicados en Valparaíso ediciones), autora de relatos, periodista, traductora (inglés, francés e italiano), copy creativa, performer y DJ. Además de colaborar con EL PAIS, periódico donde trabajó durante trece años, escribe en 20Minutos, Cuadernos Hispanoamericanos y varias publicaciones de Condé Nast. También ha trabajado como profesora de Literatura española y de español y francés en la India (Mahindra United World College). Licenciada en Traducción e Interpretación, master de EL PAIS / UAM y Bachillerato Internacional con una beca en el United World College of the Adriatic. Es la fundadora de LaSafo, sello con el que ha organizado retiros de yoga, meditación, escritura y varios cursos de escritura en bibliotecas e institutos. Organiza eventos culturales desde 2018.

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